"El amor a los libros puede ser más fuerte que el gusto por una vida que se viera privada de ellos"
Claude Roy, El amante de las librerías

martes, 19 de febrero de 2013

En el camino de Proust

Viajar y viajar, es algo común en la actualidad. También lo es el visitar catedrales góticas como hacía Proust en su juventud, antes de confinarse voluntariamente en su casa, en su cama, para dedicarse a escribir. Pero gracias a que dejó de viajar podemos disfrutar hoy de su obra, En busca del tiempo perdido. He aquí una elección vital: producir o disfrutar de lo que los demás producen. ¿Cuántas obras maestras de la literatura no se habrán perdido por este afán de vivir hasta las últimas consecuencias?

¿Y por qué este afán nómada? Quizá por la necesidad que tenemos de libertad, de búsqueda de experiencias nuevas que la sociedad actual, que constriñe tanto al individuo, no es capaz de ofrecer. Quizá por la necesidad de volver a encontrar lo desconocido, de ir a buscar la quimera, de descubrir el polo sur, para convertirnos en un mito. Quizá todo sea por lograr ingresar en la galería de los dioses modernos, Einstein, Amundsen, el capitán Kirk, Han Solo. Ser una estrella en el pavimento de de la fama y lograr plantar un árbol antes de morir. Qué imaginario tan absurdamente absoluto estamos creando en esta época.  

Bueno, y todo esto viene a propósito de mi espíritu, siempre "inasequible al desaliento", siempre en búsqueda de itinerarios posibles para viajes que probablemente (no) voy a hacer, y que hoy me ha llevado otra vez a Nueva York. 
The Morgan Library es una biblioteca museo exquisita, recientemente restaurada, que ha organizado la Exposición Marcel Proust and Swann's Way: 100th Anniversary, en colaboración con la Embajada Francesa. Con fondos de la Biblioteca Nacional de Francia, quieren celebrar la publicación en 1913 del primero de los siete volúmenes que conforman esta gran obra. Han seleccionado anotaciones del autor, borradores preliminares, pruebas de galera, cartas entre Proust y su madre y otros documentos que ofrecen una luz sobre la ya tan estudiada obra de Proust y su proceso de creación. 

Del 15 de febrero al 26 de abril de 2013 Proust nos espera al otro lado del océano. Podemos ir por el camino de Swann a Combray, volver a nuestra juventud perdida y viajar para llegar a la luna, pasando por la ciudad a la que tantos cantan. Viajar y viajar, siempre viajar.

Por cierto, me encanta esta edición, la que Pedro Salinas tradujo en 1920, para Espasa-Calpe..

Y esta película, una imagen siempre en movimiento: Celéste, de Percy Adlon.



La próxima vez, nos vemos en Nueva York.

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