"El amor a los libros puede ser más fuerte que el gusto por una vida que se viera privada de ellos"
Claude Roy, El amante de las librerías

jueves, 24 de enero de 2013

La vida como una línea: En el camino (On the road)

Estamos ya en enero, el mes en el que comienza el año. Pero solo en apariencia, ya que la primavera es el estallido real de la vida: cuando se repliega la naturaleza es cuando termina un ciclo y, por lo menos donde yo vivo, el frío todavía nos domina. Estos son periodos naturales que se renuevan inexorablemente, y el hombre, inmerso en su rutina, vive su vida como una línea incesante, como si parar el tiempo no fuera posible...cuando realmente sí lo es: cada vez que se escribe una historia, se paraliza el tiempo.

Porque los textos escritos también son cíclicos cada vez que se releen. Pensemos en esas obras de cabecera a las que un lector siempre vuelve a lo largo de su vida. Podríamos contarla en periodos más o menos ordenados, separados entre ellos por la relectura de esa novela, ese cuento, ese poema magistral que nos marca cada vez que asoma por nuestro cerebro. Es como un renacer periódico a la vida.
Pero quizá tendríamos que separar el fondo de la forma, el contenido del soporte. Porque los textos pueden ser lineales y finitos en la forma, al menos para el escritor, como el rollo manuscrito en el que Kerouac escribió su famoso En el camino (On the road), en tan solo tres semanas. Así evitó tener que cambiar el papel al final de cada página e interrumpir su proceso creativo, utilizando un soporte de papel continuo de 36.50 metros de largo para escribir 125.000 palabras. 
Pero han pasado más de 60 años desde entonces, y ahora los libros pueden ser infinitos si utilizamos hiperenlaces para nutrir sus páginas en los nuevos soportes electrónicos. El escritor puede romper las líneas y crear un libro en árbol imposible de acabar, y por tanto, imposible de releer en su conjunto. Romperíamos así con ese ciclo. ¿Nos odiaría el lector?

Esto le interesa a más gente de lo que podría parecer a simple vista: la prueba es que en el año 2007 se hizo una edición de ese rollo, que simula el de los antiguos escribas cuando aún se utilizaba el papiro, para que el lector pueda volver a disfrutar sin interrupciones de esa lectura lineal incesante durante el equivalente a 370 páginas de los códices-libros de papel actuales. Y que se pueda sentir igual que Jack Kerouac ante un camino que se abre ante él, como una línea que es la vida. 
En rarelibrary.com tenéis acceso a este y otros muchos libros especiales. 

En Penguin, volviendo a la modernidad, se han preocupado de hacer una edición digital ampliada, una App para los appleadictos, a un precio mucho más asequible. 



Ahora que tenemos la película reciente, que no ha tenido muy buenas críticas, por cierto, es el momento de volver a los libros, a poder comprar ediciones raras. O a disfrutar del libro electrónico que va más allá del texto, algo que siempre consuela ante las malas adaptaciones literarias al cine. Pero de eso creo que hablaremos en otro momento. Os dejo con el trailer de la película, por si alguien se anima a verla.





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