Pero cómo hablar de París sin recurrir a los clichés: es bastante difícil. Podría contaros mi interminable excursión por el Louvre, correteando entre momias y paisajes, parándome a descansar agotada en cualquier banco, oteando de lejos La Gioconda, tan rodeada de gente con sus cámaras que era imposible verla de frente.

O hablaros de cómo me lancé hacia el Museo D'Orsay, que ya conocía, para revisitar los cuadros de Puvis de Chavannes, de los simbolistas, de Fantin Latour; para admirar el precioso mobiliario modernista que tienen en la planta de arriba. Me miraba en los espejos de lunas y pensaba que podría meterme en una de esas camas y ser una más de un cuadro prerrafaelita.
O de cómo pude por fin entrar a la exposición temporal Belleza, moral y voluptuosidad en la Inglaterra de Oscar Wilde, con ese cuadro de Rosetti que muestra el comienzo del declive de la belleza de un cuerpo, de una Jane Morris que Rosetti pinta de nuevo para hacerle ver a su amor que la belleza también existe cuando llega el otoño.
O podría hablaros de mis visitas a los jardines de París. Pero creo que eso os lo contaré otro día. Porque hoy quiero hablar de París sin utilizar palabras gastadas por su uso en cientos de webs. Por eso hoy os enseño una web de fotos antiguas de París, de ese París que nadie ha podido nunca olvidar porque está hecho de imágenes.
Con Paris en Images, llena de fotografías antiguas, podemos viajar a través del tiempo y del espacio, sin palabras, intentando buscar a la gente que habita esas fotos, que ha quedado atrapada en una imagen, que pierden así una intimidad que nunca podrán recuperar. Ese es el precio a pagar en esta sociedad de la imagen, que huye de las palabras manteniéndonos sentados frente a un ordenador.
Porque nosotros somos conscientes de que nos observarán en un futuro, pero ellos, no.
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